martes, 7 de diciembre de 2010

Como a los siete.

Ya se que tengo casi treinta.
Como si no me diera cuenta al mirarme al espejo.

Sísí,
tengo celulitis, estrías,
culo y piernas flanosas.
Sí, también lo se.

Me visto como una idiota alternativa
a los cuasi 27.
Sísí, también lo sé.
Me quiero hacer la moderna
pero el postmodernismo me aplastó la cabeza.

Igual tengo buenas tetas.
O eso dicen.
Y los petes que hago... puf! ni te cuento!

A esta altura ya hay que ponerse en modo "gauchita",
sino las pendejas de 17 siempre van a sacar ventaja.

No, tampoco soy del Nacional,
ni tengo una banda en la que canto,
ni hago telas, danzas o fotografía.
Ni me rompo la jeta todos los fines de semana,
ni expongo en congresos.

No, tampoco soy una artista nata,
ni la más elocuente.
No tengo ni pelo lacio
ni pelo con rulos.

No tengo muchas plantas,
no cultivo flores,
solo fumo paraguayo
y mandanga rara vez
(cuando me quiero castigar por algo).

También tengo un tirón del lado izquierdo,
porque ayer curtí mucho
y no sobre una cama justamente.
Ya no estoy para esos trotes.

Tengo una hermosa casa con patio,
lindo y adulto punto a favor.
Pero muy desordenada,
huele a sándalo hindú y tabaco,
y a unos hediondos 32 grados que entran por la ventana.

Casi treinta
y me despierto exaltada
porque sueño que mamá se está por morir.
O me despierto deprimida
porque sueño que está con cualquiera
menos conmigo.

Sí,
al final, flaca...
casi treinta y seguimos
en la mismísima nada.

- ¿Qué esperabas para vos Juanita?
- ¿Acaso algo mejor?

Bueno,
no te digo que me imaginaba LO MEJOR DE LO MEJOR,
pero
un poquito menos de espinas... no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario