sábado, 9 de abril de 2011

*aduratset

Y es así,
y no puede ser de otra manera.

En el desgaste de este halo de amoroso engaño,
es la necesidad resplandeciente de lo distinto
aquello que nos mueve a jugar,
a disimular.
A hacer como-si-”no”.
A creer la mentira que nos regalan
en este mundo que esnifamos.
Porque cuando hay misterio,
somos más lindos.
Porque la simpleza no la tenemos
acá en la esquina,
sino a la vuelta de la otra cuadra.

Y es así,
y no puede ser de otra manera.

Yo,
diamante sexy de la vida eterna.
Tú,
misterio de nuestra propia irrealidad.
Él,
tercer agente diversamente influyente.
Nosotros,
soplos de nada
reunidos en la causalidad de las casualidades.
Vosotros,
simplemente siendo,
caballitos móviles de carbonilla.

Y ellos...
...ellos...
pasionales filisteos de la vida.

Inconclusos se desean,
se buscan,
se desencuentran.

Perderse en el ser del otro,
zambullirse en sus penas y
en sus pocas glorias.
Eso es todo lo que ellos quieren.

El logro se sirve con una guarnición de hastío.

Y es así,
y no puede ser de otra manera.

Y su inconsciente:
ríe.
Ríe a más no poder.

No te oigo.
No me importa.

Yo lloro.
Lloro.
No quiero tener que tomar
la última gota de intención
sólo para malgastarla en esto.
En Yo y Él.
En Vosotros, Ellos y Nosotros.

Todos los Ellos
que se escapan del presente,
de aquello que soy.
Se materializan en nadas,
nadas que llenan un tiempo muerto,
el tiempo de la nada misma.
Que no es,
que no está,
que se fue,
que duró lo que una mirada de calle.
Que casí que ni se noto.
Que pasó,
pero no se vivió.
Que no es,
no existe,
no compartimos con él
un ahora-presente.
No real,
no besable,
no pensable,
no querible,
no cogible.

Y es así,
y no puede ser de otra manera.

Pues entonces...
no queda más
que dormirse
con imágenes pinceladas
en tonos pasteles.
Sobreviviendo
a un pesamiento de
un futuro que no es,
y es posible q nunca sea.

Es así como son las cosas.
Y no pueden ser de otra manera.

Uruguay

La arena, harina.
El mar, pileta.
Casita linda, mansión en Miami.
Lejos es cerca.
Cien pesos, veintitres con veinticinco.
El nombre de las calles, números.
Sencillo es normal.
Ciudad, canto de pajaritos.
Una sonrisa, veintisiete lágrimas.
Normal es lujoso.
Una casa, un hotel-museo.
Rubias despampanantes, abuelas operadas.
Rocas y mar, una ballena.
Un edificio moderno, un pobre casino.
Lo barato, caro.
Lo caro, más caro aún.



Acá en este país,
nada es lo que parece.

Superlógico

Hace tiempo que me di cuenta.
Hace tiempo que, DE HECHO, me doy cuenta.

Pero
¿qué es lo que puede hacer una ante el darse de la cuenta?

Desgraciadamente,
no demasiado...



¡Oh!
¡Cambiar!

¡Lógico!

No te animás

Se anda por la vida,
asi como sí nada,
con los defectos mas asquerosos,
sacudiéndolos
de un lado - hacia el otro,
de un lado - hacia el otro.

Tiempo más tarde,
pareciera que vamos hundiéndonos,
levemente,
en un esbozo
de lo que sería
un percatarse de la realidad.
Caer en la cuenta
de que algo
no está funcionando del todo bien.

Pasan días,
pasa vida,
y lo que antes era
mera sensación
hoy es todo.
El Todo
cocido
alrededor
de mi cuello.